lunes, 8 de marzo de 2010

importado: time is a monster

El despertador no suena, abro los ojos sola y el reloj marca las nueve pero yo sé que no son las nueve, que es apenas más tarde, las nueve y cuarto y estoy absolutamente convencida de ello. Miro el reloj del celular y en efecto, son las nueve y cuarto. El reloj se detiene pero yo sigo su marcha, yo soy el reloj. Me sorprende que haya gente que crea que puede huirle al tiempo. Es simple y aterrador. El tiempo está dentro de uno.