lunes, 19 de noviembre de 2007

¿Por qué estando tan convencida de que la compañía de los otros es una imposición, me cuesta tanto asumir la soledad como una opción?

miércoles, 10 de octubre de 2007

COCA LIGHT + MENTOS = BOMBA

Mirá cómo son las cosas. Podés compartir años y años con una persona, religiosamente, todos los días, y que no te deje nada. O te deje poco, y se la termine comiendo el tiempo como a -casi- todas las cosas. A mí me pasó. Yo me cruzo con un compañero de secundaria y no lo reconozco. Una vez un pibe que repartía volantes me corrió media cuadra para decirme que yo me había ido de viaje de egresados de 7º grado con él, y yo con la peor cara de perplejidad porque no, porque yo no te conozco, yo te borré por completo de mi memoria. Y mi amiga de la secundaria. La única, yo no soy de andar en rebaño; éramos ella y yo y algún que otro satélite pero básicamente ella y yo, por más de 6 años. Y ahora andá a saber por dónde anda.
Y hay otras personas que no. Que las conocés y sabés que van a durar años y años. O capaz que no, pero son tatuajes.
Hay personas que las conocés y ya sabés que son el mundo.

lunes, 17 de septiembre de 2007

EL VIEJO DE LA LIBRERÍA

No se reía casi nunca, el viejo; leve cara de tortuga, voz sofocada y temblorosa. Atendía la librería de Constitución y Mistral, sombría y en silencio, con delicioso olor a madera y papel y libros nuevos, y campanita en la puerta para avisar que uno entraba. Con él estaba siempre su mujer, que era dulce y sonreía siempre a los chicos, y a veces les daba algún caramelo, bajo la mirada reprobatoria del viejo. Que se fastidiaba con los chicos, y se impacientaba porque ellos iban con los pedidos de sus maestras en un papelito arrugado, pedidos vagos y poco claros

-
un lápiz negro
- plastilina de colores
- una regla
- un cuaderno con tapa azul
- etiquetas

Y entonces el viejo: pero de qué tipo de mina el lápiz; de qué color la plastilina; de cuántos centímetros la regla; rayado o cuadriculado el cuaderno; de qué tamaño las etiquetas. Y nosotros así, perplejos ante los tecnicismos del viejo, sin saber qué hacer, apurados por el repiqueteo de los dedos del viejo que ya le estaba preguntando al de atrás qué quería, que si metalizado u opaco el papel glacé. Justo hoy, que mamá nos había dejado ir solos a la librería, emoción de cuaderno nuevo y lápices para pintar, y mirá, al final, qué desastre.


*

lunes, 20 de agosto de 2007

Apenas me senté le dije que me iba a matar. Que era algo casi natural, que lo sabía desde los dieciséis años y que de todas maneras era asunto mío y nadie podía inmiscuirse. Debo haberlo abrumado un poco, porque levantó las cejas y abrió mucho los ojos, pero no dijo nada. Opté por no dar detalles porque la gente todavía no está acostumbrada a respetar ciertas decisiones. Morir, no nacer, cambiar o abandonarse son todavía asuntos de Estado. Me preguntó si le había contado a mamá. Por supuesto que no. Un hijo es parte de sus padres, la muerte de un hijo es una amputación. Un hermano es el afuera, cómplice o enemigo, y por eso frente a él somos más libres y más frágiles. Tampoco dejaría notas, cartas o explicaciones, más que la vaga e imperfecta idea de que las personas son las huellas que van dejando en los otros, y que cada unos sacara sus conclusiones. A mí ya no me importaba nada.

— Al final uno es más bien un péndulo; va y viene entre la carroña benéfica del recuerdo y la imposición de forjarse un futuro respetable, y en ese vaivén el presente se te transforma en una nada borrosa y cínica —.

Pero mamá nunca lo entendería. Me levanté.

— Una sola cosa te digo: si querés conservarla para vos, después, tal como la conocés, ni se te ocurra decirle que sabías. Eso es traición.

*





lunes, 13 de agosto de 2007

Yo quiero no querer. No: dejar de querer algunas cosas y poder querer otras; como, por ejemplo, dejar de querer a los que no me quieren, y querer un poco más a los que me quieren. O por lo menos dejar de perder el tiempo. Porque cuando vos das un paso y el otro da dos, no lo alcanzás nunca. Viste.

*

jueves, 9 de agosto de 2007

La baraja española tiene también un significado para la cartomancia. Cada palo de la baraja representa, dicen, un aspecto más o menos ambigüo de la realidad de las personas. A mí las cartas realmente me importan muy poco; jamás aprendí a jugar con ellas, y mucho menos las considero profetas de algún destino incierto.
Pero he aquí lo que sucede: cada vez que voy caminando por la calle con un propósito o un destino relevantes, se me aparece una carta, siempre de la baraja española, siempre del derecho, siempre sola, siempre por donde yo paso, siempre bien visible; que resulta tener una relación esotérica muy evidente con el destino o propósito por el cual salí a la calle.
En todos los casos, el carácter premonitorio de cada carta termina siendo prácticamente indiscutible, y las decisiones que yo tomé en base a las cartas que encontré fueron siempre acertadas.

*

viernes, 3 de agosto de 2007

Y qué suerte que recibí la tarjetita de la salvación a tiempo. Porque a uno le dicen que el Anticristo, el demonio y todas esas cosas pueden tomar cualquier forma, manifestarse en cualquier lado e influír en nosotros a través de cualquier manera. Pero nunca, nunca me imaginé que el camino del Maligno iba a estar marcado por él.

jueves, 2 de agosto de 2007

Algo de razón tenía, el bueno de Edgar Allan. Ni siquiera de que te moriste podés estar seguro hoy en día, ¿podés creer?

martes, 31 de julio de 2007

Desde muy chica, los espejos tienen para mí un macabro poder: cuando uno se refleja en un espejo y piensa en alguien, abre mentalmente una especie de portal, a través del cual la persona en la que está pensando puede espiarlo.

domingo, 29 de julio de 2007

ELIGE TU PROPIA AVENTURA

Me llegó a las manos una tarjetita milagrosa, la solución a todos los problemas. Me la dio Javi, que suele viajar en el Sanma hasta Hurlingham, donde vive Jipi. La tarjetita dice así:

"Si usted se muere hoy, ¿dónde pasará la eternidad? _ _ _ _ _ _ _ (espacio para completar)

Si usted no está seguro, sintonice la emisora cuya frecuencia está indicada al otro lado de esta tarjeta. (que es la BBN, 91.1 FM, Emisora totalmente cristiana)

¿Quiénes van al cielo? Lea: Juan 1:12, 5:24
¿Quiénes van al infierno? Lea: Salmos 9:17, Apocalipsis 21: 8"

Quedé maravillada. Tanta simplicidad, tanto pragmatismo. Uno se rompe la cabeza, dedica toda una vida a develar los misterios de la fé, luchando contra la sensación de abandono, contra la desorientación, contra el angst nuestro de cada día, lee los autores de rigor, y en realidad la respuesta es así de sencilla. Mirá qué simple que era.
Es todo cuestión de poner el señalador en la página correcta, y de tener siempre una birome a mano.

viernes, 20 de julio de 2007

Ahora que se alargan con suavidad los días, quiero ver si entiendo un poco más esto. Aunque ya pasó tanto tiempo. Pasó más tiempo, creo, del que en verdad marcan los días. Pero la tibieza suele darme un poco más de comprensión

(¿de cordura?)

Quizá consiga ampliar el margen del disfrute; yo necesito aprender a disfrutarlo.

martes, 10 de julio de 2007

Me asfixia el juego de las coincidencias, porque además no creo que coincidir sea compartir. Entonces necesito esa diferencia, ese plus, esa cuota de novedad y de sorpresa (no, de fascinación); y también de desinterés, por supuesto. El espacio para que la cotidianeidad se vuelva lo suficientemente asombrosa y extraña.
Y que esté cerca.
Y que me quiera.
Ah.
Qué viva.

lunes, 9 de julio de 2007

Resulta que hoy la gente se levantó y estaba nevando. Y salieron todos a la calle con sus guantes y sus trineos (?) a festejar el novedoso fenómeno. El aire se llenó con el espíritu contagioso de una especie de Navidad mutante, y todos fantaseaban con hacer un muñeco de nieve, o de barro, o de lo que sea, pero hacer un muñeco.
Y todos se reían y sacaban fotos, y vecinos que se odiaban intercambiaban gestos de complicidad, inmersos en una indulgencia temporaria, y los chicos miraban asombrados y jugaban con los copitos, cada vez más grandes y más nieve, y nadie les decía que se abriguen o que entren porque todos estaban afuera, porque estaba nevando, como en el Primer Mundo, carajo. Y la gente iba cazando micrófonos y cámaras, y, apenas se topaban con algo, encaraban y repetían como un coro: "es una bendición" o "es un milagro". Y todos, devorados por el infantil asombro, se olvidaron de todo lo que pasa.
Se olvidaron de la demonización del frío, de la crisis energética, de la falta de luz, de gas y de agua en las represas. Se olvidaron de que no está bueno Buenos Aires cuando hace frío. De que está bien que nieve en Suiza o en Holanda, donde todos van por debajo de un tubo calefaccionado. Pero que en Buenos Aires, el frío te mata. No a ellos, que tienen un techo, o una estufa que todavía les funciona. El frío mata viejos, chicos y pobres. Mañana, los medios se van a dividir entre las imágenes de la histórica nevada y el obituario de hipotérmicos, para el asombro y el morbo idiota de los desmemoriados.

jueves, 14 de junio de 2007

Yo creo fervientemente que el mundo está regido por una fuerza muy poderosa, a la que cada uno puede llamar como más le convenga, y que esa fuerza articula absolutamente todo lo que sucede sobre la Tierra. Creo, además, que esta Fuerza opera sobre los Hombres a través de la Justicia Retributiva. Pero como los Hombres se creen piolas y piensan que pueden hacer lo que se les dé la gana sin sufrir consecuencias, esta Justicia Retributiva no devuelve las cosas buenas y malas en igual medida, sino que por cada acto bueno devuelve uno, y por cada acto malicioso devuelve tres. Basándome en esto, voy a decirle al gorila incivilizado que festeja cualquier eventualidad de un partido de fútbol vaciando el cargador de una automática al aire, que, con esa misma automática, tu hijo de dos o tres años se va a pegar un balazo en la cabeza mientras vos dormís la siesta, o va a matar a un amiguito mientras juegan al Asalto al Blindado, o va a matar a tu mujer o, con un poco de suerte, te va a matar a vos.
No digas que no te avisé.

viernes, 1 de junio de 2007

En la esquina de Uriarte e Hipólito Yrigoyen para el vendedor ambulante con más onda del conurbano sur. Un tipo que entre infladores de bicicleta, cañas de pescar, destapadores y fundas para celulares vende katanas japonesas no merece menos que mi más profunda admiración.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Me da risa que el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos se explaye tan ligeramente sobre los peligros del turismo en Buenos Aires, advirtiendo a los viajantes norteamericanos que "los visitantes deben estar alerta de ladrones, carteristas y timadores, tanto en la calle como en lobbies de hoteles y en los puertos a los que arriban cruceros", por ejemplo. Todas estas cosas pasan, es cierto. Pero también es cierto que no son de su incumbencia. Y antes de despacharse sobre otros países, estaría bueno que la Seguridad Nacional norteamericana advierta a la población los peligros de estudiar en sus prestigiosas Universidades, a riesgo de ser víctima de un asesino psicópata producto de su morboso sistema de valores sociales. Ponele.

jueves, 10 de mayo de 2007

No hay nada que hacerle, tengo alma de musulmana.

lunes, 30 de abril de 2007

No, lo que más me gusta es cuando la gente trata de justificar su uso del término negro para intentar no quedar como un mugroso racista:

"... ese es un negro de mierda, pero yo no digo negro de piel, ¿eh?, yo digo negro de alma..."

"... sí, pero aparte esa... ¡esa es una negra! Ojo, no lo digo mal, porque de última cada uno es del color que quiere (?!), pero es... una negra..."

"y está todo lleno de negros, pero no de los de áfrica, con esos todo bien, ojo. Yo digo los negros, ¿viste?, los otros, los de la villa..."

Todo esto es tan cierto como que Telerman es pelado.

domingo, 1 de abril de 2007

Se supone que ninguna persona puede tener más de una pareja a la vez, que el ex de una amiga es sagrado, que la hermana de un amigo es intocable. No existen leyes formales acerca de esto si no hay matrimonio de por medio, pero sí hay códigos sociales cuya violación conlleva una condena moral importante. Sin embargo, la gente tiene más de una pareja a la vez, las amigas salen con los ex de sus amigas, y los amigos tocan a las hermanas de sus amigos. Es evidente que el código intenta restringir un tipo de comportamiento que lo sobrepasa. Ocultar toda una manera de vivir es morboso e hipócrita. Entonces, ¿por qué no cambiar el código? ¿qué es exactamente lo que uno defiende cuando elige vivir de acuerdo a tal o cual arbitrariedad de su cultura, y ante quién baja la cabeza cuando opta por no cambiar eso? En la era de la extrema practicidad, la gente vive acomodando su comportamiento a una ética que contradice sus deseos más elementales. Eso es entorpecerse la vida.