martes, 28 de febrero de 2006

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OTRA intimidación vía cartelito en el espejo en mi edificio. Esta vez, un audaz vecino carga, en el cartel que anuncia el cobro de las expensas, contra el administrador, que es más bueno que la Cenicienta, y le hace saber lo que piensa con cinismo e ironía... ¡Ja! ¡Así verá con quién se está metiendo!
Claro que el administrador no podrá saber de quién se trata, porque el atrevido agitador jamás firmó su mensaje...

jueves, 23 de febrero de 2006

AL final, Piñón Fijo es como Krusty el Payaso. Nunca se lo ve en público a cara lavada, de manera que siempre quedará la duda de si la que muestra es o no su verdadera cara, ya que aquellos que lo ven sin maquillaje lógicamente no saben que él es Piñón Fijo. Si hasta cuando salió a desmentir las acusaciones por evasión fiscal estaba pintado. Eso es ser pro.

martes, 21 de febrero de 2006

.desocupada

POR ahora, de vacaciones permanentes. No sé si es un buen síntoma esta tranquilidad. Digo, hay gente que se mata por quedarse sin trabajo. También hay gente que se mata en un Mc Donald's, para ser justos. En fin.
Cuando empiece a desesperarme, aviso.

miércoles, 15 de febrero de 2006

.nada

ME incluyeron en la cadena de neuróticos, así que tengo que nombrar cinco manías que me sean propias:

1. No puede haber ningún placard, mueble, armario o cajón abierto en la habitación en la que yo me encuentre, y muchísimo menos si mi intención es dormir en esa habitación. Todo lo que eventualmente pueda abrirse deberá estar cerrado, y si es con llave, mejor.

2. No puedo servirme ensalada en el plato, junto con el resto de las cosas que estoy comiendo. O como desde la ensaladera (sé que hay gente que considera esto una falta de educación, pero se pueden curtir), o no como nada.

3. No puedo escribir ni dibujar si alguien me está mirando. Todo trazo que salga de mi mano se interrumpirá en el acto si alguien observa cómo lo dibujo, y, de no ser posible interrumpirlo, se transformará en un mamarracho ininteligible.

4. No soporto ver un bichito haciendo esfuerzos por darse vuelta. Si me cruzo con una polilla, cucaracha, escarabajo, mariposa o lo que sea que esté vivo y luchando por volverse sobre sus patas, lo doy vuelta y hasta que no constato que puede caminar normalmente no me voy. Esto corre inclusive si el afectado es una araña, bicho al que detesto profundamente.

5. No puedo ver venir al tren o al subte. Cuando cualquiera de los dos asoma todavía lejos del andén, me refugio detrás de lo primero que encuentro (puesto de diarios y/o panchos, máquina expendedora de gaseosas o golosinas, columnas, bancos, gente) y si no hay nada donde esconderse simplemente me pongo de espaldas a las vías y simulo leer un cartel o los grafittis de las paredes. Este miedo compulsivo e idiota a las máquinas con vagones se extingue si estoy acompañada.

No conozco más gente, que la siga al que le dé la gana.

sábado, 11 de febrero de 2006

.asshole dot com


YO no sé, no entiendo cómo la gente puede ser tan pelotuda. Primero el correo masivo y ahora esto. Porque una cosa son los mensajes que proponen, por ejemplo, una cadena de oración para algo, al menos están moviendo voluntades, energía, lo que sea; pero esto es un mensaje sarnoso en un fotolog de mierda, y la gente es idiota y lo va poniendo y se va repitiendo, y son tan enfermos de creer que si no lo ponen realmente se van a morir o le va a pasar algo a uno o a todos sus familiares o se les va a quedar sin batería el celular. Y si no lo creen, al menos desconfían y lo ponen igual, por las dudas, porque "uno nunca sabe".
Y encima si les pasa algo y no difundieron el mensaje piensan que es por eso, ¡¡¡sí, que pelotudos!!!

jueves, 2 de febrero de 2006

.caretofóbico

YO nunca se lo enseñé, pero estoy en condiciones de afirmar que mi gato hace pogo. Por ejemplo bandas como Cucsifae, Fun people, The Distillers, Agnostic Front, Loquero, Bad religion o Atari Teenage Riot le dan ganas de correr y rebotar contra las paredes, o saltarme encima y chocar contra mis piernas. Bandas más tranqui, como Kaiser Chiefs, Bloc Party o The city lights le provocan ganas de morder y colgarse de las sillas. Quizá esa sea su forma de bailar; como sea, es muy gracioso y a la vez bastante violento, sobre todo porque la víctima del pogo (que viene acompañado de uñas y dientecitos filosísimos) soy yo. El otro día alguien me dijo: "Si tu gato hace eso es el más punk rocker, aparte se tiró por una ventana; deberías haberle puesto Ricky".