miércoles, 3 de agosto de 2011

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Lo que más me da impresión de un muerto es que se nota que está vacío. Un muerto es como un envase. Y entonces surge esa incomodidad de tener que explicar que si el muerto está vacío, entonces los vivos están rellenos de algo que marca la diferencia. Alma, dios, espíritu, y todas esas cosas de dudosa rigurosidad científica. Al final, uno termina cediendo para terminar lo más rápido posible con el asunto.
Decía, entonces, que cada vez que miro un muerto, lo que más impresión me da es eso. Que está vacío. Y eso es lo que me pone triste, inexplicablemente, aunque el cadáver sea un perfecto desconocido. Y que son los únicos seres humanos con verdadera cara de nada. Cuando uno está muerto, tiene cara de nada. Los vivos tienen cara de algo siempre.