hopefully
Siempre llega el día en que nos detenemos en seco, levantamos levemente la cabeza, como olfateando el aire con asombro y recelo y nos damos cuenta de que, al fin, esa herida ha dejado de doler.
Siempre llega el día en que nos detenemos en seco, levantamos levemente la cabeza, como olfateando el aire con asombro y recelo y nos damos cuenta de que, al fin, esa herida ha dejado de doler.