viernes, 29 de julio de 2005

.curiosity killed the cat (o casi)

QUIZÁ mis lectores recuerden a mi gatito, Dante, el Barón del Quilombo, el Embajador del Bardo, el mapache rabioso, la ardilla esquizofrénica, etc. Bueno. Dante tiene siete meses, y ayer cayó desde un tercer piso, al patio de un vecino. Él siempre se sentaba a contemplar la más absoluta nada desde el umbral de la ventana, y caminaba de lado a lado, y hasta ensayaba algunas acrobacias, como pasar desde la ventana del comedor a la de la cocina. Vaya uno a saber qué mal cálculo hizo, que lo llevó a caer de esa manera.
El gato salió bastante bien, salvo por un colmillo roto y algunas heridas en la barbilla y el hocico. Pero lo más curioso es que, después del accidente, Dante parece haber madurado. Ya no juega, ni salta, ni muerde, ni me roba cosas de la mochila, ni secuestra la esponja de la cocina, ni se come mi ropa. Sólo se limita a contemplar con nostalgia la ventana, desde adentro, en completo silencio (porque mientras destrozaba todo lo que encontraba a su paso, iba profiriendo grititos de guerra), pensando vaya-uno-a-saber-qué.

Es un poco triste ver a tu gato tan frustrado...

miércoles, 27 de julio de 2005

.revolución my ass

CERCA del Congreso, por Callao, ví desde la ventanilla del bondi un grafitti que decía "Cotidianizar la revuelta", con el logo del anarquismo. A ver: NO. Porque si "cotidianizás la revuelta" la automatizás y, por ende, la vaciás de contenido. Y una revuelta vacía de contenido no tiene peso social, ni político, ni económico. Pasa a ser parte del paisaje urbano: los miércoles la marcha de los jubilados, los jueves los docentes y los viernes te cortan el puente Pueyrredón, así que tenés que cruzar por otro lado. Entonces: revolucionar la cotidianeidad. Eso es lo que hay que hacer.
Y otra cosa: esos afiches que andan pegoteados por todos lados, esa campaña nefasta por la tele, esa tan esperada y absolutamente necesaria Ley de Educación Sexual y Salud Reproductiva... "informate en los más de 5000 centros de salud y hospitales asesorados"... ¡¡¡VAYAN A LAS ESCUELAS, PELOTUDOS!!!! ¿¿¿¡¡¡Cuántas veces pisa un hospital público una pendeja de 14 años???!!! ¿¿¿¡¡¡A qué pibe se le va a ocurrir ir a un centro de salud a "informarse"???!!! ¿¿¿¡¡¡EH???!!! Los tienen todos los días con el culo apoyado en un pupitre (con suerte) Y NO HACEN NADA PARA APROVECHAR ESO. ¿Qué esperan? ¿Que los padres vayan y hagan lo que no hicieron durante todo este tiempo? ¿O tienen miedo de que las viejas conchudas de la ultraderecha cristiana dejen de pagar la cuotita del colegio privado porque "a la nena le hablan de cosas que no se dicen"? ¿Y por qué la palabra ABORTO no aparece
en ningún afiche? ¿El gobierno tiene miedo de que el Obispo Juan Carlos Pendorcho de la Iglesia De los Fieles Querubines del Culo se les ponga en contra? ¿Hasta cuándo van a seguir siendo mamones de la Iglesia?

domingo, 24 de julio de 2005

.felicidad feliz!

IMPECABLE show de Juana la Loca en La Trastienda. Lo necesitaba (necesitaba todo lo que me dio esta noche).

Así que...

VAYAN A AGUANTARLE LOS TRAPOS A JUANA, MANGA DE LOSERS.

martes, 19 de julio de 2005

.honestidad brutal

ESTABA escuchando el programa de hip hop de la X4, y pasaron un tema de una banda que quizá fuese de acá, no sé quiénes eran pero cantaban en castellano. El estribillo de esa canción decía "esto es un robo, esto es un asalto" (después seguía, no era TAN choto). Y me dio mucha risa porque, efectivamente, toda la estructura del tema, la base, el ritmo, los samples y los efectos de la voz eran exactamente los mismos que los de "Get up on like this", de Chemical Brothers.

sábado, 16 de julio de 2005

.vacaciones de invierno

LA gente está mal de la cabeza. Quieren reivindicarse como padres en las dos semanas que duran las vacaciones, y cuando algo les sale mal les da un brote psicótico. O quizá la psicótica soy yo, porque hay situaciones que a mí me resultan absolutamente lógicas y comprensibles, pero al resto de las personas les resultan un atropello a los derechos humanos.

En la cola del puestito de Ticketek:

señora: hola, vengo a cambiar esta entrada de Barney para otro día.
chica de Ticketek: no, pero no me queda nada...
señora: ¡¡¿¿cómo que no te queda nada??!!
chica: no, señora, está todo vendido...
vieja: ¡¿TODO?! ¡Pero si agregaron funciones!
chica: sí, pero se agotaron...
boluda: ¡pero yo no puedo ir, tengo que cambiarla! ¡¿Qué hago ahora con esta entrada?!
chica: (y, se la puede meter en el orto, por ejemplo...) no sé, señora...
histérica: tengo una nena de un año y dos meses, ¿no hay lugar?
chica: es lo mismo, no tengo lugar...
imbécil: ¿¡pero no me podés dar un lugar?!
chica: no... está todo lleno, no HAY más lugar, se-ño-ra...

A ver: ¿tánto cuesta entender que cuando no hay lugar NO HAY LUGAR? Lo mismo pasa en el tren, en el subte, en el cine, en los restaurantes, en los boliches. Después les dan una ubicación parados arriba del matafuego al costado de la puerta de emergencia y se quejan porque no ven bien...
Y otra cosa: ¿tánto quilombo para llevar a ver a Barney a una nena de un año, que no entiende una mierda de nada y se va a poner a llorar en cuanto el bicho ponga un pie en el escenario, obligándola a irse? ¿Por qué no la lleva a una plaza, que ahí
SÍ VA A TENER LUGAR?

martes, 12 de julio de 2005

.¡toma esto, asquerosa dimensión! hoy: el caracol

NUEVAS vacaciones con Paula, esta vez en "Dark del Plata". Nos íbamos a quedar una semana en un hotel en Punta Mogotes. Llegamos como a las seis de la mañana, desayunamos en la Terminal y nos tomamos el bondi hasta el hotel. Como el lugar quedaba frente al mar y la habitación nos la entregaban a las 10, decidimos dejar las cosas en la recepción y bajar a la playa. Eran como las 8 de la mañana, la mejor hora para sentarse a tomar mate al sol. Nos quedamos haciendo tiempo en la playa, charlando. Mientras conversábamos, yo encontré un caracolito en la arena. Era un caracol ínfimo pero muy lindo, como si fuera una réplica de un caracol de mar pero del tamaño de la uña del dedo meñique. Era todo gris, con vetas violetas, blancas y rosadas, y tenía, justo en el centro del espiral, un agujerito minúsculo y perfecto. Yo jugué con mi caracolito hasta que se hizo la hora de ir al hotel. Entonces me levanté, junté mis cosas y, cuando me estaba yendo, revoleé el caracolito de nuevo a la arena, lejos de donde yo estaba sentada.
Pasamos nuestra semana de vacaciones y nos volvimos.
Un día, varios meses después, volví del trabajo a mi casa. Entré a mi habitación para dejar mi mochila y observé
algo arriba del monitor de la computadora. Cuando me acerqué a ver qué era, me encontré cara a cara con mi caracolito gris y agujereado. Mi mamá me dijo que lo había dejado ahí después de haberlo encontrado en el piso de la habitación.

lunes, 11 de julio de 2005

.new shit in the rock

TRABAJAR en el Club del Vino me da la posibilidad de enriquecerme musicalmente. Los espectáculos que ofrece el lugar son realmente increíbles. Allí, por ejemplo, tengo la oportunidad de ver shows memorables: nunca voy a olvidar LO MALOS que son.

Me refiero, por ejemplo, al
concierto que brinda Antonio "Libélula" Birabent todos los viernes de julio. Antonio, cuyo nombre significa "Aquel A Quien La Lluvia No Lo Inspira" en arameo, quiere ser Bob Dylan, y tocar como Jimmy Hendrix. Pero a pesar de sus infructuosos esfuerzos, sigue siendo Tony "Verdad/Consecuencia" Birabent. Pobre. El broche de oro del show es terminarlo tocando la guitarra acústica y cantando acapella, solo, arriba del escenario, lo cual lo favorece bastante porque casi no se lo escucha.

Y qué decir entonces de Cuarto Espacio, la bandita de Matías "Rock Star" Camisani (guitarra) y Nicolás "Montaña Rusa" Pauls (batería). En principio, que no los va a ver ni la madre. Por supuesto, hicieron sus apariciones de rigor
Dolo, Gastón "Borderline" Pauls, y el inclasificable Fena della Maggiora, que nunca sabremos a ciencia cierta quién es ni qué carajo hace, pero hay una cosa que es segura: donde hay reviente, está Fena. Y donde hay falopa, porque hubo que quemar un eucaliptus en la caldera central, más o menos, para combatir el olor a porro que subía desde los camarines.
Lo único rescatable de Cuarto Espacio es que los pibes tiene la mejor onda, porque si encima fueran soberbios directamente habría que minarles el escenario.
Son de lo más aburrido que ví hasta ahora, y nada de lo que hagan puede disimular que son un grupito de amigos que se juntan por hobby a tocar la guitarra y la batería, y alquilan un Teatro para diez o doce amigos y Fena della Maggiora. ¿El resto de la banda? Un tecladista y un falso Spinetta en bajo y voz, que estaban arriba del escenario por el sólo hecho de que hacerlos tocar detrás de las bambalinas hubiera sido demasiado...

viernes, 8 de julio de 2005

.¡toma esto, asquerosa dimensión! hoy: el anillo

CUANDO tenía doce años, mi mamá me compró en una feria de Villa Gesell un montón de anillos de diferentes formas. Todos costaban un peso, todos eran de la misma calidad y del mismo material, y todos fueron adquiridos en el mismo lugar. Entre esos anillos, había uno que era un rosario vasco, plateado, muy brillante. Tenía, en la parte que rodea el dedo, una hilera de bolitas en relieve, y la cruz era muy delicada y muy prolija. Ese anillo me entró perfectamente en el anular izquierdo, a diferencia de los otros, que probaron todos los dedos hasta encontrar el que les correspondía. Y fue el único que con el correr de los años permaneció ahí, sin oscurecerse ni deformarse, sin perderse u olvidarse entre mis demás baratijas o los designios pasajeros de la moda de turno, inclusive sin dar cuenta del evidente crecimiento de mi mano durante esos años.
Mucho tiempo después, me fui de vacaciones con mis primas. Tenía diecinueve años, y aún conservaba el anillo. Una mañana, fuimos a la playa con Paula, la mayor. Tiramos la lona en la arena, en medio de un médano enorme, y, como yo estaba algo quemada, me saqué el anillo para ponerme bronceador, ya que las bolitas de metal me lastimaban al rozarme la piel. Puse el anillo al costado de la lona
y me olvidé completamente de él. Así pasó todo el día, hasta que a eso de las seis, cuando el sol empezaba a caer y aparecían algunas nubes, decidimos irnos. Nos levantamos, y yo agarré la lona por una punta y la sacudí para quitarle la arena. Terminamos de guardar todo y nos fuimos.
Esa noche, mientras me bañaba, noté la marca del anillo en mi anular izquierdo. Entré en pánico. ¡No podía ser tan idiota! La desesperación creció cuando recordé
dónde había dejado el anillo, y se convirtió en total angustia cuando empezó a llover a cántaros. La lluvia, la arena revuelta, la marea alta, el anillo. Sólo atiné a llorar desconsoladamente.
Al mediodía siguiente, con el sol de nuevo quemando rabiosamente, Paula y yo volvimos al médano. Rastrillamos la arena lo mejor que pudimos, resignadas, pero por el sólo hecho de poder decir que al menos lo habíamos buscado. Pero era buscar una aguja en un pajar. Habiéndolo dado por perdido, con todo el dolor del mundo, tiramos de nuevo nuestra lona, en el mismo lugar que antes, y nos sentamos al sol. En completo silencio, como velando a un muerto, Paula apoyó suavemente una mano en la arena, al borde de la lona, y comenzó a cavar un hoyito ínfimo, minúsculo, jugando con los granitos tibios entre los dedos. Y con total naturalidad,
levantó la mano y me ofreció el anillo, entre risitas nerviosas de ambas e indisimulable estupefacción. El anillo había sobrevivido al calor de todo un día, y al frío y la lluvia de toda una noche, y nuevamente a la arena hirviendo del mediodía, siempre en ese lugar, como si me hubiera estado esperando. Deformado por el sol, lo tomé entre los dedos y me lo puse sin ningún esfuerzo en el anular izquierdo.

COSA 'E MANDINGA! (@_@)

domingo, 3 de julio de 2005

.al pasar

YO venía caminando por Santa Fé y delante mío iba una minita, más o menos de mi edad. Veo venir a un pibito, también de esa edad. Se encuentran, se saludan, "hola, que tal"; la chica le da un abrazo (para saludarlo más mejor, viteh) y él le dice: "Hola, cómo andás, ¡pará, tranquila, te dije que tenía novia!"...

Pará...
histérico... ¬¬