nostalgia
DE pronto me agarró como un enorme deseo de que venga el frío, de tomar mate un domingo encerrada en mi casa sin pisar la calle en todo el día, de dibujar envuelta en el calorcito de la estufa, de medialunas a la tarde, de escuchar llover y dormir hecha un capullito de frazadas, de torear el viento envuelta en el tapado vintage que heredé de mi mamá.