para muestra, basta un botón
ELLA vive felizmente con su novio, desde hace casi un año, ya. La madre de él la detesta. Es una de esas mujeres que no crían hijos sino lacayos, y acusan a sus nueras por el delito de robarles no sólo a sus vástagos, sino también a sus sirvientes.
Un día, él le regaló flores a ella. Ella agarró un frasco de aceitunas, y con todo el amor del mundo le quitó la etiqueta, lo lavó, y le pintó lunares de colores. Allí puso las flores que le había regalado su novio. Poco tiempo después, recibió la visita de su suegra. La vieja no dijo nada. Y al otro día volvió, y le regaló un florero.