La baraja española tiene también un significado para la cartomancia. Cada palo de la baraja representa, dicen, un aspecto más o menos ambigüo de la realidad de las personas. A mí las cartas realmente me importan muy poco; jamás aprendí a jugar con ellas, y mucho menos las considero profetas de algún destino incierto.
Pero he aquí lo que sucede: cada vez que voy caminando por la calle con un propósito o un destino relevantes, se me aparece una carta, siempre de la baraja española, siempre del derecho, siempre sola, siempre por donde yo paso, siempre bien visible; que resulta tener una relación esotérica muy evidente con el destino o propósito por el cual salí a la calle.
En todos los casos, el carácter premonitorio de cada carta termina siendo prácticamente indiscutible, y las decisiones que yo tomé en base a las cartas que encontré fueron siempre acertadas.
*