VOY a engordar hasta pesar 215 kilos y después voy a ir a "Cuestión de peso", sólo para ver bien de cerca a Andrea Politti con su cara de nazi de la gastronomía diciéndole a los participantes que debería darles vergüenza haber aumentado 300 gramos, implorarle a gritos al director que saque la foto de una participante antes de haber sido maquillada porque "parecía un muerto" y sumergirme en el humillante silencio de los imbéciles de la platea al escuchar que, sí, lo admito, me comí una galletita Oreo después del almuerzo. Bueno, dos.
Después, voy a reclamar mi remera con la inscripción "Banda Ancha" en el pecho, voy a poner tres panes de Trotyl en el estudio y voy a volar la mitad de Canal 13.