miércoles, 18 de octubre de 2006

AIRBAG. Todo está mal en esa banda. No es sólo una cuestión de peinado. Tan malos son, que hasta las letras de sus canciones son agramaticales. "Si sólo eso fue" en lugar de "si eso sólo fue", o "cuando ya no habrá más nadie", en vez de "cuando ya no haya más nadie". No podés ser tan berreta. No importa que si lo decís como corresponde no te dé la métrica. No podés. Yo sé que la culpa no es de ellos, que son un puñado de pobres marionetas pintarrajeadas, pero me imagino que no están amenazados de muerte para hacer lo que hacen. Me dan vergüenza ajena; no puedo ver un video completo de ellos, que empiezo a hiperventilar de furia. Lo mismo me pasaba con un programejo de Flavia Palmiero, donde una tribuna llena de anencefálicos de Belgrano y Vicente López de entre dieciocho y veinticinco años debatía sobre temas "adolescentes", desparramando impunemente y al unísono su asquerosa ignorancia.
Leo un blog. Quien escribe lo hace muy bien, hasta que pone: "habían muchas variedades". Y ya no es lo mismo. Estoy cansada de escuchar a mi jefa resaltar con todo énfasis una ese al final de cada "visteS". Es verdad que raras veces la gente no se entiende por estas cuestiones, pero soy una tirana del lenguaje. Sí. Y sin embargo soy incapaz de corregir.
Una vez, conversando con alguien, me dijo: "yo siempre digo que todos tienen que salir de séptimo grado sabiendo hablar y escribir correctamente". No conozco mucha gente con la que comparta esta opinión. Me lo dijo un ex amigo, o algo por el estilo.