viernes, 6 de enero de 2006

.psychosomatic static inhumanity

HOY me pasó de vuelta algo muy raro que me viene ocurriendo desde hace rato, inclusive en mi casa. Voy caminando por la calle y de pronto siento que alguien me agarra de la ropa o de un brazo, como para frenarme, y cuando me doy vuelta no tengo a nadie a cuatro metros a la redonda. Hoy me pasó que me tiraron de la presilla de atrás de la pollera, la que se usa para pasar el cinturón, específicamente. Me di vuelta lista para romper dientes, con toda la furia, pero lo único que tenía detrás mío era un semáforo. No había gente en la vereda a varios metros a mi alrededor. Por supuesto, lo que en principio fue un estado de indignación absoluta se transformó en una sensación muy incómoda, muy similar a mi miedo perruno a los relámpagos y a la pirotecnia. Si alguno de ustedes conoce la explicación lógica para este fenómeno, me gustaría que me la diga; de lo contrario voy a empezar a pensar que ELLOS me quieren llevar.

APARTE otra cosa (como decía Chilavert cuando estaba a punto de arruinar a alguien): odio las computadoras, y odio Internet. Las odio, transforman a la gente en idiotas. Y sí, yo soy una idiota, y una idiota de la pc; todo el día mirando el monitor estático, como si fuera a pasar algo, no sé, como si lo que pudiera pasar fuera capaz de provenir de ese monitor. Basta. Muy poco me dio Internet y me sacó demasiado como para que el balance sea bueno, dado que me robó lo más escencial que puedo tener: la voluntad de hacer cosas, por un lado, y la posibilidad de recordar qué hacía de mi vida cuando no tenía Internet.

PERO para librarme de todos los males de los villanos de la Red (?) me voy unos días a la playa, a surfear sobre las olas en una ballenita inflable y a hacer las cosas que la gente hace en las vacaciones, como por ejemplo jugar al tejo, hacer cola en los locutorios y esperar cuatro horas parado delante de una mesa de restaurant hasta que el tipo que está comiendo termine, pague y se vaya.