6. Bipolar
Beba levanta la tapa de una Essen vieja y golpea con el cucharón. "De la vieja, la nueva ni loca, que se le salta todo el teflón y es un desastre". No encontró peceto en las góndolas y entró en crisis.
Escuchó ruidos abajo y cuando se asomó por el balcón, la calle estaba minada de vecinos golpeando cacharros y canturreando; y ahora ella también canta: para Cristina que lo mira por tevé, y grita: el campo somos todos.
Se olvidó de que hace unos meses, en la que quizá haya sido la mayor audacia de su vida política, se sumó al boicot del tomate y lo aguantó durante días, hasta que los productores bajaron el precio. Tampoco le importó haber insultado a más de un paisano cuando, en Semana Santa, tardó quince horas en llegar a Mar del Plata porque los del campo habían cortado las rutas. Beba es bipolar y mucho no entiende, pero intuye que si este domingo vuelve a faltar carne para el asadito, las cosas se pueden poner muy feas.