Me da risa que el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos se explaye tan ligeramente sobre los peligros del turismo en Buenos Aires, advirtiendo a los viajantes norteamericanos que "los visitantes deben estar alerta de ladrones, carteristas y timadores, tanto en la calle como en lobbies de hoteles y en los puertos a los que arriban cruceros", por ejemplo. Todas estas cosas pasan, es cierto. Pero también es cierto que no son de su incumbencia. Y antes de despacharse sobre otros países, estaría bueno que la Seguridad Nacional norteamericana advierta a la población los peligros de estudiar en sus prestigiosas Universidades, a riesgo de ser víctima de un asesino psicópata producto de su morboso sistema de valores sociales. Ponele.