.la gente no tiene criterio
LA mesa me llama; una pareja de unos sesenta y pico. Piden algo para comer, y el tipo me pide una botella de vino. Veo que la mujer pone cara de orto pero no dice nada, entonces me voy y vuelvo con el pedido. Pero antes de abrir la botella, la mujer le da un golpecito en el hombro al marido, como arengándolo, y el tipo, con toda la vergüenza del mundo, me dice:
— Disculpame, cambiame la botella por una copa, nada más, porque mi mujer dice que tomo mucho...
No se puede ser tan conchuda en la vida.